Casablanca es la nueva frescura de la moda masculina

¿Quién se asusta de la gran personalidad de unos estampados? Definitivamente, no la joven marca parisina Casablanca. La firma es el resultado de la unión del estilo francés y el marroquí, pues su fundador y diseñador Charaf Tajer parte de sus propios orígenes como inspiración. Comenzando, por ejemplo, con el nombre de Casablanca, lugar donde se conocieron sus padres, o la estética deportiva cogida del torneo de tennis Roland-Garros que se celebra en París, su ciudad. Tal como estas dos localizaciones hacen imaginar, las prendas de Casablanca vienen marcadas por estampados en colores vibrantes y pasteles, sobre tejidos de movimiento fluido como es la seda. Las siluetas que aparecen en el catálogo siguen esta coherencia de expresión artística más confort. Así, cuando la comodidad se junta con la elegancia el resultado es el leisurewear que domina la marca, a veces hacia un enfoque un poco más athleisure, otras más en dirección a disfrutar del horario nocturno. La logomanía también tiene cabida en la estética de Casablanca, impresa en una simple camiseta básica (la “imprescindible” camiseta blanca fondo de armario para cualquier ocasión que acompaña unos pantalones vaqueros).

Pero moderniza el significado de aparente opulencia que conlleva mostrar el logo y nombre de la marca al acompañarlos de ilustraciones que evocan unas vacaciones en el Mediterráneo (sea el francés, sea el norte de Marruecos) y se convierte casi en un souvenir de viaje a estos escenarios eternos. Es el uso y mezcla de una amplia gama cromática lo que consigue precisamente mantener el espíritu de las prendas joven y accesible para el día a día. Por si aún quedaba alguna duda acerca de la frescura y creatividad del diseñador parisino, Charaf Tajer cuenta con la garantía de uno de los premios más importantes en creadores de moda emergentes: Casablanca fue una de las finalistas del premio LVMH 2020.