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El Drago Milenario de Icod de los Vinos: Un Símbolo Eterno de Tenerife
En las remotas y montañosas tierras del norte de Tenerife, en un pequeño pueblo conocido como Icod de los Vinos, se alza una figura majestuosa, única en su especie: el Drago Milenario. Este árbol, venerado durante siglos por la población local, no es simplemente un símbolo natural, sino un testigo silencioso de la historia y las leyendas de la isla. Su imponente presencia, que desafía el paso del tiempo, ha cautivado a generaciones de tinerfeños y visitantes que se acercan a admirar su magnificencia. Pero, ¿qué es lo que hace a este árbol tan especial? ¿Qué secretos guarda en sus retorcidas ramas y su escamosa corteza?
Un Enigma Natural
El Drago Milenario de Icod de los Vinos, cuyo nombre científico es Dracaena draco, no es un árbol común. Es una de las especies más emblemáticas de las Islas Canarias, que se ha ganado un lugar en el corazón de la isla. Su longevidad es asombrosa. Aunque el Drago Milenario es un término que evoca la idea de un árbol que ha estado en la isla durante más de mil años, estudios científicos sugieren que podría tener entre 500 y 600 años, aunque no existen pruebas definitivas sobre su exacta edad. Lo que es indiscutible es que este ejemplar específico ha visto pasar siglos de historia, desde las primeras civilizaciones que habitaron las islas hasta los tiempos modernos.
El Árbol Sagrado de los Guanches
Mucho antes de que los conquistadores europeos llegaran a estas islas en el siglo XV, los aborígenes canarios, conocidos como guanches, ya consideraban al Drago como un árbol sagrado. Para ellos, el Drago era un símbolo de vida, de conexión con la naturaleza y con lo divino. Su savia roja, conocida como sangre de drago, se utilizaba en rituales, ceremonias y como remedio para diversas enfermedades.
De hecho, la "sangre de drago" es uno de los aspectos más fascinantes de este árbol. La resina roja que fluye de sus heridas fue valorada durante siglos por sus propiedades medicinales, que se utilizaban para tratar todo, desde heridas externas hasta problemas digestivos. Hoy en día, aunque su uso medicinal es menos frecuente, la resina sigue siendo un producto culturalmente significativo para la isla, con aplicaciones cosméticas y artesanales que mantienen viva su tradición.

Conservación y Misticismo
El Drago Milenario se encuentra en el Parque del Drago, un área protegida que permite a los visitantes acercarse al árbol y disfrutar de su historia en un entorno natural espectacular. En el corazón de Icod de los Vinos, rodeado de un paisaje volcánico de rara belleza, el árbol ha perdurado a través de las generaciones gracias al esfuerzo de conservación de los habitantes de Tenerife.
A lo largo de los siglos, el Drago ha sobrevivido a fenómenos naturales, como erupciones volcánicas y tormentas, que han marcado el destino de la isla. La lava que fluye de los volcanes cercanos, como el Teide, no ha logrado alcanzar el árbol, lo que ha permitido que se mantenga erguido y firme, como un monumento a la resistencia natural. Los expertos creen que el Drago ha encontrado en la isla de Tenerife el entorno ideal para prosperar, favorecido por su clima templado y su aislamiento geográfico, que lo protege de las plagas y enfermedades que afectan a otras especies.
El Drago y la Mitología Canaria
Las leyendas que rodean al Drago Milenario son tan antiguas como el árbol mismo. En tiempos pasados, se decía que el Drago era el guardián de la isla, protegiendo a sus habitantes de los vientos y las tormentas. Los guanches creían que el árbol tenía poderes místicos, y algunos incluso sostenían que sus ramas se extendían hacia el cielo, creando un puente entre el mundo terrenal y el reino de los dioses.
Uno de los mitos más conocidos sobre el Drago Milenario es que, durante las noches más oscuras, sus hojas brillaban con un resplandor sobrenatural, guiando a los viajeros perdidos en las montañas. Aunque esto suena a fantasía, hay quienes afirman haber visto la sombra del Drago proyectarse de manera extraña en las noches de luna llena, alimentando las historias de magia que envuelven al árbol.
Un Árbol que Rinde Homenaje a la Isla
El Drago Milenario no es solo un árbol; es un emblema de la identidad de Tenerife. Además, nos recuerda que, aunque el tiempo pase de manera inexorable, la naturaleza tiene la capacidad de perdurar, resistir y seguir ofreciendo su legado a quienes se detienen a observar con asombro la maravilla de lo eterno. En el Drago Milenario, Tenerife no solo guarda un árbol, sino una parte de su alma.